Antes de todo quiero agradecer a todas las personas que leyeron y compartieron en sus redes sociales mi anterior publicación (si recién llegas, sigue el link y conocerás algunos tips para definir y/o tu identidad personal aplicada al vestuario).
Es muy claro que con el paso del tiempo hemos adoptado un modelo claro que representa nuestra identidad personal, o al menos una especie de fórmula con la que nos sentimos a gusto en nuestra cotidianidad; esas prendas que componen nuestro ropero y cuyo uso frecuente es notorio frente a las demás que lo componen. El “problema” se presenta cuando nos invitan a matrimonios, celebraciones de grados, eventos religiosos, sociales, de negocios o de algún tipo especial de protocolo específico o esperado, donde debemos utilizar un vestuario al que no estamos acostumbrados.
Para empezar, vamos a lo básico:
Cuando el organizador realiza una invitación tiene en cuenta muchos factores; personales, sociales, funcionales, estéticos, etc., pensando en la armonía y comodidad para anfitriones e invitados; cuando alguien rompe este protocolo pretendiendo llamar la atención y robarse todas las miradas, lo logrará, pero quizá pague el alto precio de ser recordado no por su “creatividad” o “recursividad”, sino por su falta de respeto y buen gusto.
Estos son algunos ejemplos de códigos de vestuario específicos y una breve descripción de lo que deberías utilizar:
Si debes seguir un código de vestuario para respetar el protocolo, ello no es una sentencia de muerte para que tu estilo personal no se manifieste; accesorios personalizados como mancornas especiales, texturas diferenciadas, corbatines y corbatas de texturas diferentes o colores matizados, pañuelos, zapatos personalizados y sobre todo un traje o outfit hecho a tu medida y preferencias de entalle personal, donde, quizá con la ayuda de un experto, puedas destacar lo mejor de tu figura y lograr el verdadero efecto deseado.
Por ejemplo, un traje de Fernando Salazar y todas sus prendas a medida llevan bordado el nombre del propietario en el interior de cada una de ellas, con apliques en contratono no obvios a la vista que denotan exclusividad y personalización total. Como lo decía en el blog anterior, algo muy diferente de un disfraz, es la adaptación de los lineamientos de la moda a tu gusto y estilo personal, donde lo “aceptado socialmente” y TU identidad personal se encuentran sin el sacrificio innecesario de ninguno.
Si bien es cierto, el código de vestuario rige a todos los invitados; la forma de cumplirlo no es la misma para todos, ya que hay diferentes roles que las personas pueden desempeñar según el tipo de evento. Si recibes una invitación a un matrimonio y tu eres el padrino de bodas, tu vestuario deberá ser mucho más cuidado, en algunas ocasiones concertado con los organizadores, toda vez que tienes un rol principal en la ceremonia y tu apariencia debe ser armónica y coherente con la importancia de tu participación. Si por el contrario, eres el acompañante de un invitado general a la misma boda, tu apariencia debe ser un poco más conservadora, a menos que quien te invite te ponga al tanto de algunas particularidades de la invitación que te permitan ir más allá sin atentar contra el protocolo establecido.
Suena paradójico que hable repetidamente de identidad personal, mientras insisto en seguir protocolos de vestuario; sin embargo, cuando de ocasiones especiales se trata (no de tu día a día, en casa, en tu trabajo o con tus amigos) nuestra aceptación a una invitación, implica la aceptación de las condiciones que los organizadores han hecho para que el evento en el que hacen una importante inversión y tienen fijadas sus expectativas, resulte como lo han soñado. Creo que tu podrías pensar también como ellos cuando ocupas su lugar. Por eso, si queremos compartir ese momento con ellos, es prudente seguir sus consejos y aplicar a ello nuestro estilo personal. Verás que lo notarán.
Recuerda: es por tu identidad y buen gusto que serás recordado gratamente. Como has podido observar, las páginas sociales que cubren los eventos más importantes de las celebridades destacan los mejores y los peores looks; como insinuaba al comienzo de este blog, las osadías fuera de contexto y cuyo propósito evidente es sólo llamar la atención, conseguirán las miradas y luego el rechazo; entre tanto, la originalidad con elegancia obtiene la retención de la imagen en la memoria, la admiración de los observadores, y lo más importante: que te sientas bien contigo mismo y transmitas esa sensación a los demás.
Un abrazo. Hasta la próxima!
D. Fernando Salazar
Si te gustó (o no), tienes alguna opinión, consulta o comentario, escríbeme a fernando@fernandosalazar.com.co
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